martes, 17 de septiembre de 2013

Descanso dominical: 400 años después, estamos peor.


No soy de aquellos que añoran tiempos pretéritos y que se suman alegremente al mito extendido de que “todo tiempo pasado fue mejor”.

Aunque no dejo de reconocer que por estos lares, entre algunas cosas vetustas y el presente, han quedado cuentas pendientes que nunca se terminan de saldar, pese a la recurrencia en su discusión.

El problema no es que no se salden, sino que esas deudas, conducen a una suerte de regresión malsana, lesiva de derechos que hacen a la dignidad y la calidad de vida de los trabajadores y de sus familias.

En estos momentos en la provincia de Santa Fe y creería que en muchos otros lados, se debate por parte de autoridades, entidades empresariales y sindicatos, la puesta en vigencia, efectiva y real, del descanso dominical.

miércoles, 4 de septiembre de 2013

Trenes, ambiente y desarrollo.


Pensar hoy, un proceso de crecimiento de un país sin tener en cuenta especialmente el sistema de transporte sobre el cual se va a apoyar el mismo, es pura irresponsabilidad y es como construir una casa sin cimientos.
Más pernicioso es aún, planificar como se viene efectuando en la Argentina en los últimos 15 años, un sistema de transporte sobre la base del automotor y anunciando cada tanto la construcción de rutas y autopistas por cifras millonarias.
En un esquema de desarrollo nacional y racional, la ausencia del ferrocarril como motor del despegue económico es poco menos que suicida.
Haciendo historia:
El 30 de Agosto de 1857 se inauguraba la 1ª línea de ferrocarril del país, llamado Ferrocarril del Oeste, cuyo recorrido era desde la Estación del Parque (hoy teatro Colón), hasta la Estación Floresta.
En aquellas lejanas y utópicas épocas la primera locomotora fue la famosa "La Porteña", fabricada en Inglaterra.-

Contaminación electromagnética, educación y futuro.


Sin dar por sentado o afirmar categóricamente que la contaminación electromagnética sea una de las peores plagas de la modernidad, como lo expresan cada vez más numerosos estudios e informes científicos, que reseñan su negatividad, uno debe comenzar a prestar atención a este posible factor de perturbación sanitaria.

Cada vez y con mayor asiduidad, médicos e investigadores atribuyen a esa contaminación efectos indeseables, susceptibles de generar patologías que tendrían incidencia en la morbimortalidad de las personas.

A pesar de ello, y tratando de mantener una objetividad e imparcialidad, no sencilla en torno al tema, reconozco que existe una biblioteca a favor que resalta la inocuidad de esta radiación y otra que expresa lo opuesto.

Esta disputa no es pacífica, ya que los intereses en juego son muchos y poderosos. Pero, ello no nos debe impedir reconocer, que en los últimos años han aparecido una serie de patologías, otrora no comunes, imputables según muchos a esta forma de radiación.