Estoy convencido, como lo he manifestado en reiteradas oportunidades, que la afectación de terrenos públicos del Estado para negocios privados, no sólo es un error político, sino también social y ambiental, que empobrece y socaba la calidad y transparencia institucional.
En las cocheras del parque Alberdi, cuyos terrenos pertenecen al dominio público del Estado, el apresuramiento de los encargados de llevar adelante el proyecto (que gran parte de los vecinos rechaza), rayaría en una ligereza incomprensible, que podría generar, graves perjuicios a la ciudad, sin contar la responsabilidad de los funcionarios.
En su tozudez para seguir adelante con la obra, desde el municipio se alega, que todos los pasos legales e institucionales se han cumplido, se ha presentado la evaluación de impacto ambiental en forma, y el Concejo Deliberante se ha pronunciado por unanimidad en torno al mismo.