lunes, 17 de febrero de 2014

Un proyecto estratégico, una necesidad y una reparación histórica.

A través de los años, distintos historiadores, estudiosos, analistas, políticos y politólogos, en torno a la federalización de Buenos Aires, han expresado que la misma se constituyó en el germen de muchos de los males y padecimientos que han asolado nuestro país.

Ya en su momento figuras públicas coetáneas a la misma, se habían expresado en ese sentido y particularmente Leandro N. Alem, desde su banca de Diputado en la Legislatura de Buenos Aires, en su famoso debate con José Hernández, trató de alertar sin éxito a sus contemporáneos y a las futuras generaciones sobre las implicancias negativas de esta decisión.

A partir de la federalización se prolonga y consolida la tendencia centralista y monárquica de la época virreinal, devenida en unitaria y elitista en el manejo de lo cosa pública durante Rivadavia y otros.

La reafirmación de un país macro encefálico, sorbió los esfuerzos, sacrificios y economías de toda la Nación, situación que en parte sigue vigente en la actualidad.