martes, 17 de junio de 2014

Negocios privados y apropiación de los espacios comunes a propósito de las cocheras en las plazas.


“No me preocupa el grito de los violentos, de los corruptos, de los deshonestos, de los sin ética. Lo que más me preocupa es el silencio de los buenos”. Martin Luther King

Parecería que la década de los ’90 nunca termina y que los herederos de Menem, insertados en todas las fuerzas políticas, siguen actuando con la misma lógica, en cuanto al hecho de seguir haciendo buenos negocios privados con espacios públicos y semipúblicos.

A pesar que en esos años, casi se liquidaron todas las joyas de la abuela (empresas y recursos estratégicos del Estado), todavía quedan algunas de gran valor, como es el patrimonio público de los argentinos, al cual la patria contratista vigente aún, bajo la aggiornada figura de emprendedores y desarrolladores (valet estable de los amigos del poder), ve con buenos ojos y no le desagrada la continuidad de las tendencias neoliberales.