lunes, 28 de octubre de 2013

Desertificación monetaria, descanso dominical, y senadores.

Seguramente el lector se preguntará qué tienen que ver los términos del epígrafe entre sí, por lo que intentaré ensayar una explicación al respecto.

A la par de la desertificación de los suelos, existe una desertificación monetaria, que aunque distintas, producen efectos similares, empobrecimiento, una de los suelos y la otra de la gente.

Cuando se exportan commoditis, no se llevan soja, maíz o trigo, sino que fundamentalmente se llevan humus, nutrientes y agua y el suelo se queda sin ellos, por lo que queda pobre.

La globalización ha impuesto planetariamente un modelo consumista aplastante, que hace del tener un paradigma de vida.

Ese modelo impulsado por las grandes multinacionales que como ejércitos de ocupación colonizan hasta las zonas más recónditas del mundo y también las mentes, generan una dependencia cultural hacia ese sistema, que promete un paraíso, que nunca alcanzaremos.

Sus armas son la mercadotecnia, las marcas, patentes y royalties y los medios de comunicación monopólicos en lo ideológico, que machacan hasta el cansancio las verdades reveladas de la nueva religión del Mercado.