sábado, 10 de mayo de 2014

¿Por qué cerrada?


 Pese a estar en una ubicación muy transitada de la ciudad, me atrevo a afirmar que muy pocos santafesinos saben de la Sociedad Cosmopolita de Socorros Mutuos y de su hermoso edificio ubicado en calle 9 de Julio Nº 2154.

En 1968, el inmueble pasó a la Universidad Nacional del Litoral, albergando a la Secretaría de Extensión Universitaria y hoy es parte de la sede del Complejo Cultural de dicha Institución Académica y asiento de la Biblioteca Pública y Popular “Dr. José Gálvez”.

Su realización data de más de un siglo atrás, concretamente de 1910, año del Centenario, en una etapa denominada “El Modelo Liberal”, marcada por una ideología del progreso intelectual y económico, representativa de una época de desarrollo de nuestra ciudad.

En el año 1990 por Resolución Nº 1668 del Honorable Concejo Municipal, el edificio fue declarado de Interés Histórico de la ciudad de Santa Fe.

Habiendo tenido el honor como Concejal, de ser el impulsor del proyecto, que fuera aprobada por unanimidad por el Cuerpo.

Pero a fuer de ser sincero, debo decir que el verdadero motor de la iniciativa fue un empleado de dicha casa, que tenía una verdadera devoción por el referido inmueble.

El Sr. Manuel Ciuffo, conocido como “Manolo” fue el artífice de la Declaración, quién me contagiara de su cariño, acercándome antecedentes, historias, anécdotas y copia de los planos de construcción, militando en todos los bloques para que el proyecto arribara a buen puerto.

Vaya en consecuencia a través de estos breves recuerdos un homenaje a “Manolo” por perpetuar un justo reconocimiento histórico a la importancia del edificio.

Su hall de ingreso y la vista interior son de una belleza sobria y evoca momentos de esplendor de la ciudad de Santa Fe.

Lamentablemente los transeúntes, peatones y usuarios, ya no pueden apreciar ni disfrutar esa vista en toda esa dimensión, por cuanto desde la reinauguración y puesta en valor del edificio histórico, acaecida el 3 de septiembre de 2012, el pórtico principal de entrada se encuentra cerrado y un cartelito nos indica que el ingreso es por una puerta lateral, de un anodino anexo propio de la modernidad.

Vaya paradoja!, mientras en el mundo y en otras partes del país, las tendencias históricas y urbanísticas aconsejan la apertura de estos monumentos y sus portales al conocimiento general, en nuestra ciudad se cierran, como lo grafican las fotos que se adjuntan, gentileza del reconocido fotógrafo José A. Gonzálvez.
La razón?, la desconozco, aunque en los tiempos actuales el tema de la seguridad es una excusa para muchas decisiones.

Lo expuesto se da de patadas con lo manifestado por las mismas autoridades de la casa, que en una cartilla expresan: “La Biblioteca Gálvez reabrió sus puertas con instalaciones renovadas. Luego de un arduo trabajo, el edificio fue refuncionalizado y restaurado, y los 30.000 libros que forman su patrimonio ya se encuentran disponibles para la comunidad. Este martes 4 de septiembre (2012) se realizó el acto formal donde se inauguraron las obras.”

“Lo valioso es que tanto ayer como hoy, hablamos de un espacio abierto a todos para que suceda la lectura, la investigación, la consulta, la charla, la escritura y el encuentro alrededor del hecho cultural. Porque por este hermoso ámbito han pasado y seguirán pasando aquellos protagonistas del mundo intelectual a nivel local, nacional e internacional. Y porque una Biblioteca es un templo, un faro y un refugio donde encontrarse con el placer del conocimiento; ya que en sus libros hay un mar de voces y de ideas que nos revelan el pasado, nos aclaran el presente y nos trazan el futuro”, expresó Cantard en el discurso que se dio por inauguradas las obras. En el mismo sentido, Puliotti consideró que “en nuestra biblioteca se funden de manera armónica el pasado y el futuro. El mobiliario de cedro paraguayo construido en 1912 convive con el presente: las computadoras de última generación y acceso público”. Y Novara completa la reflexión al decir que esta biblioteca “siempre fue un refugio de la cultura. Era, y es, visitada permanentemente por jóvenes y por no tan jóvenes. Por eso me emociona que luego de casi cien años podamos poner en valor esta biblioteca pública y popular”.

Esta decisión no sólo se priva a quienes pasan por el lugar de una visión interesante, sino que de comentarios del personal de la casa, surge que el índice de visitantes y usuarios de la misma ha decaído en forma considerable.

Con estas evocaciones, simplemente aspiro a la rectificación de la medida y que con la reapertura de sus puertas, podamos volver a gozar de su interesante vista.

Ricardo Luis Mascheroni
 Docente universitario

No hay comentarios:

Publicar un comentario